Escribió el poeta nicaragüense Rubén Darío que “la elegancia no consiste en el exceso de adornos, ni en la profusión de alhajas”. A esto, probablemente debamos añadirle que sí que eran obligatorios la educación y unos modales exquisitos.
Así, cuando leo esta definición completada, se me vine a la cabeza el nombre de mi queridísimo Jesús de Castro. Seguir leyendo «Jesús de Castro, entre la exquisitez y el buen gusto»